A.D. Leviathan 2 - Atlético la Cancha 5

Vigésima jornada liguera, la cual se dio lugar en La Azucarera a primera hora de la tarde. Con la comida recién llegada a destino y las ausencias de Óscar y Andrés (aunque presente este último para "suplir" las labores de auxiliar del ausente Kike) daba comienzo un partido que dio para mucho. Se hizo una de las mejores primeras partes de la temporada (y es decir mucho) se lidió con un rival de esos que no se callan ni debajo del agua y, sorprendentemente, con un árbitro que hacía lo mismo y no desde las buenas formas precisamente.

A lo que íbamos, echó a rodar el esférico y La Cancha se encontró cómoda en el verde. Y es que con un rival oliendo línea de cal en ambas bandas y un centro del campo con Roge y especialmente Dani y Barny como tiros, es fácil adivinar lo que estaba por venir. Por cierto, hacemos mención especial al 4 canchero, que está aportando kilates al mediocampo en este arranque de 2011. Así pues, dominio total canchero en los primeros compases que transformaban la posesión en números. En los primeros 5 minutos, 4 tiros a puerta con 2 intervenciones a fondo del portero local, que dejó el saco de goles al mínimo posible. Pasados esos 5 minutos llegó lo inevitable en forma de gol de Dani. 

Con la ventaja en el marcador, el Leviathan comenzó a deambular por el campo, más que por iniciativa propia, por el aplastante meneo canchero. Dani asqueó al mediocampo rival con recuperaciones de balón a paladas, y junto con Barny y Roge, alimentaban a Il Capitano con un suministro casi continuo de ocasiones, ya fuera combinando en corto o con balones largos. Mientras tanto, en área canchera, Meri, Miguel y Juan firmaban su actuación casi como meros espectadores. En una de tantas jugadas, Tober agarraba balón escorado y la defensa del Leviathan, queriendo rememorar el partido de ida, entraba al muñeco. Al saque, balón medido del 10 para Mike, que ponía las distancias.

1-3

Más fútbol, más meneo, y al descanso dejando a los locales sin oler a Mariano. Con la idea de dar el finiquito rápido se reanudaba el juego. Fue entonces cuando nos dimos cuenta del esperpento arbitral preparado para la tarde. Con un doble rasero escandaloso, fue dejando las patadas locales para después mientras concedía a los verdiblancos ocasiones a golpe de silbato o ausencia del mismo. Y es que por lo visto, pedir la bola al defensa que tienes delante para que la deje pasar ahora no es falta, o tirarte de morros contra el pecho del mismo es tarjeta pero no para el que practica las artes dramáticas. Tras una de estas acciones fue cuando el Leviathan recortó distancias. Mal remedio, ya que La Cancha puso de nuevo a funcionar el vendaval y, tras una ocasión de Barny al palo, Alberto hacía el tercero a pase de Dani.
Tras varios minutos de un nuevo meneo de fútbol de verdad Dani hacía el cuarto, y en el saque de centro correspondiente, Roge robaba la bola y daba lugar a la jugada del quinto a voluntad de Tober y Juan.

Entre medias, insultos a la cara del árbitro impunes, varias perlas contra el banquillo local y jugadores cancheros, y la joya de la corona en forma de "pues sí, se ha tirado… pero…" mientras señalaba el punto de penalty canchero ante la magistral interpretación del auténtico Pepito Piscinas.

Al de la derecha le han dado un hostión. No pasa nada. El de amarillo reconoce a viva voz que el de la izquierda se ha tirado, pero le regala un penalty. Irónicamente, el del centro se queja (también irónicamente).

Otro golito regalado y que junto con dos penaltis cometidos contra la Cancha y obviados convenientemente cerraban un marcador que debió haber sido mucho más sonrojante para los verdiblancos. Y es que, a pesar de lo que se podía intuir por las continuas protestas, perder sólo de 3 después de lo que se vio sobre el césped de unos y otros, es como para que se dieran con un canto en los dientes. Y para rizar el rizo, la sentencia final del árbitro: "encima de que venimos aquí sin decir nada para que podáis jugar…".  Gracias, Señor Divino del Pito por darnos su presencia. Seguro que las 6.000 pelas por 50 minutos de "trabajo" no tienen nada que ver.

Sin portero, con la posición ganada a los dos centrales, y a medio metro de la boca de gol
Tober decide fingir un penalty ante la doble tijera con los tacos a la altura de la espinilla de los rivales.
Afortunadamente, no consiguió engañar al (humanitario) colegiado.